Una nueva generación de más rápidamente, pruebas más baratas del coronavirus está comenzando a golpear el mercado. Y algunos expertos dicen que estas tecnologías podrían finalmente dar a los E.E.U.U. la capacidad de adoptar una nueva, más eficaz estrategia de prueba.

“En el horizonte — el horizonte no demasiado distante — hay series enteras de modalidades de prueba que vienen en línea,” dice al Dr. Ashish Jha, decano de la escuela de Brown de la salud pública. “Y eso nos da espera que podemos ampliar realmente nuestra capacidad de prueba en la nación.”

Hasta ahora, la prueba se ha utilizado sobre todo para diagnosticar la gente que puede tener COVID-19 y a ninguna de sus contactos cercanos que pueden también ser infectados. Pero una escasez obstinada de las pruebas moleculares más de uso general — y tiempo de vuelta lento para los resultados — ha dificultado la capacidad de la nación de parar brotes y de contener el pandémico.

Eso podía cambiar, discutir Jha y a otros investigadores de la salud pública, como nuevas pruebas rápidas — sobre todo pruebas del antígeno — esté más extensamente - disponible, permitiendo a comunidades comenzar la investigación extensa de la gente más de riesgo elevado.

“Es un cambio del paradigma,” Jha dice. “Qué pienso la nueva capacidad de prueba permite que hagamos esté realmente jugar ofensa — vaya y cace para la enfermedad antes de que se separe para identificar a gente asintomática antes de que ella la separe a otras. Se convierte realmente sobre la prevención de brotes — no apenas captura de ellos después de que hayan ocurrido.”

Jha y un equipo en el instituto global de la salud de Harvard han evaluado periódicamente cuánto que prueba el país y estados individuales necesite para luchar con eficacia la extensión del virus.

En un nuevo análisis el grupo terminado para el NPR, investigadores desarrolló las blancos de prueba diarias, mostrando cuál sería necesario defender rutinario a un gran número de personas asintomáticas. Los investigadores descompuestos en factores en la disponibilidad cada vez mayor de las pruebas rápidas del coronavirus.